Los ministros de Asuntos Exteriores de 25 países occidentales —incluido el Reino Unido— emitieron una contundente declaración en la que condenan lo que calificaron como el “goteo” de ayuda humanitaria hacia Gaza. Expresaron profunda preocupación por los informes del Ministerio de Salud de Gaza que indican que más de 1.000 civiles han muerto desde finales de mayo al intentar recolectar alimentos y agua. Según el ministerio palestino, muchas de estas muertes ocurrieron mientras las personas se dirigían a centros de distribución gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por Israel y Estados Unidos. Los ministros describieron la situación como “horripilante” y advirtieron que el modelo actual de distribución de ayuda “priva a los gazatíes de su dignidad humana”. Instaron a Israel a cumplir con sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario y a eliminar rápidamente los obstáculos que impiden una entrega de ayuda segura y eficaz.
Restricciones de acceso a la ayuda y crisis humanitaria
Israel sostiene que su enfoque tiene como objetivo evitar que Hamás desvíe suministros de socorro, pero las agencias de la ONU informan de una escasez aguda de alimentos y medicamentos. Entre el 2 de marzo y el 21 de mayo, Israel impuso un bloqueo de ayuda de 11 semanas a Gaza, lo que llevó a funcionarios de la ONU a alertar a la comunidad internacional sobre el aumento de los niveles de hambre y desnutrición en el territorio. A pesar de los ajustes en las rutas designadas de ayuda anunciados en junio, las muertes continúan. En las últimas 24 horas, el Ministerio de Salud de Gaza reportó 99 muertes y más de 650 heridos mientras recolectaban suministros. El número total de víctimas desde el inicio de la guerra asciende ahora a 59.029, con las relacionadas con la ayuda sumando un costo humano devastador.
Consecuencias políticas y negociaciones de alto el fuego
Los ministros occidentales —incluidos representantes de Canadá, Francia, Alemania, Japón y Suecia— reiteraron su postura en un comunicado conjunto junto con el comisionado de crisis de la UE, instando a Israel a levantar las restricciones de ayuda. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel rechazó rápidamente las críticas, afirmando que la culpa recae en Hamás y que la declaración conjunta promueve una narrativa equivocada. Estos intercambios diplomáticos se producen en medio de crecientes esfuerzos de Estados Unidos, Catar y Egipto para lograr un alto el fuego y un acuerdo para la liberación de rehenes. Funcionarios estadounidenses habrían presentado una nueva propuesta de alto el fuego de 60 días a Hamás la semana pasada y ahora presionan para obtener una respuesta rápida, citando el deterioro de la situación humanitaria. Líderes de Hamás en Catar han indicado apoyo en privado, pero permanecen en consultas. Se espera que los próximos días sean decisivos, mientras los mediadores confían en que los mapas de retirada de tropas aclarados y las garantías negociadas allanen el camino hacia un acuerdo.

