Washington pide moderación pero deja claro que podrían seguir nuevos ataques si Teherán rechaza la vía diplomática nuclear
Tras una operación militar a gran escala por parte de Israel contra infraestructura iraní, el gobierno de EE. UU. ha declarado públicamente que no participó en la acción. Funcionarios enfatizaron que, si bien la seguridad de las tropas estadounidenses en la región sigue siendo una prioridad, los ataques fueron realizados de forma independiente por Israel, que supuestamente actuó en defensa propia.
Según un comunicado de la Casa Blanca, Israel informó con antelación a Washington, pero tomó la decisión final por su cuenta. “No estamos involucrados en operaciones militares contra Irán”, declaró el secretario de Estado Marco Rubio. “Nuestra principal preocupación es la seguridad del personal e intereses estadounidenses en Medio Oriente. Para que quede claro: Irán no debe atacar a ciudadanos estadounidenses en la región”.
Este mensaje fue difundido a través de canales oficiales poco después de iniciada la operación israelí. Más tarde ese mismo día, el Departamento de Estado emitió una alerta advirtiendo a ciudadanos estadounidenses en la región que extremen precauciones ante las tensiones elevadas y condiciones de seguridad complejas.
Persisten dudas sobre posible apoyo indirecto de EE. UU.
Aunque Washington ha negado cualquier participación directa, algunos analistas cuestionan el grado de apoyo logístico estadounidense. Expertos militares han señalado el uso de drones y el movimiento de aeronaves a gran escala,, lo que sugiere que tales operaciones podrían haberse beneficiado de reabastecimiento aéreo u otras formas de cooperación indirecta.
“Con base en lo que sabemos hasta ahora sobre la logística del ataque”, afirmó el analista de política estadounidense Sascha Lohmann, “no hay evidencia clara de participación directa de fuerzas estadounidenses. Aun así, es difícil descartar completamente apoyo técnico u operativo”.
Informes indican que aviones israelíes atacaron sitios clave relacionados con el programa nuclear iraní, incluida la instalación de Natanz, una parte crítica del proceso de enriquecimiento de uranio. Entre los fallecidos habría líderes militares y científicos vinculados al esfuerzo nuclear de Irán.
Diplomacia estancada y amenazas renovadas
Desde abril de 2025, Washington y Teherán habían retomado negociaciones destinadas a restaurar un acuerdo nuclear que reemplazara el pacto de 2015, abandonado en 2018. Sin embargo, tras el ataque, esas conversaciones han quedado en duda.
El presidente Donald Trump, quien ha mantenido una postura firme sobre el tema, reiteró que Irán no debe adquirir armas nucleares. “Seguimos abiertos al diálogo”, afirmó, “pero Irán debe sentarse a negociar con buena fe. De lo contrario, podrían venir consecuencias mucho más severas”.
En su plataforma Truth Social, Trump fue más contundente. Afirmó que Irán ha tenido múltiples oportunidades para llegar a un acuerdo y advirtió que cualquier negativa podría conducir a represalias mucho más intensas que los eventos recientes.
Trump sugiere posibles consecuencias militares adicionales
“Estados Unidos fabrica el equipo de defensa más avanzado y letal del mundo”, escribió. “Israel posee cantidades importantes de ese equipo... y saben cómo usarlo”. Agregó que varias figuras clave iraníes que se oponían a soluciones diplomáticas ahora estaban “eliminadas”.
“Esto es solo el comienzo”, concluyó Trump, sugiriendo que la presión sobre Teherán probablemente aumentará.
El enviado especial de EE. UU. para Medio Oriente, Steve Witkoff, agregó que Irán también es capaz de infligir daños significativos a objetivos israelíes, señalando el riesgo de una escalada militar si no se resuelven las tensiones.
Futuro incierto para las negociaciones nucleares
La próxima ronda de negociaciones directas entre EE. UU. e Irán estaba programada para celebrarse en Omán este fin de semana. Sin embargo, Teherán ha cancelado las conversaciones, lo que pone en duda la posibilidad de un avance diplomático.
Entre los fallecidos en los ataques aéreos figura Ali Shamkhani, asesor principal del Líder Supremo de Irán y figura central en negociaciones nucleares pasadas. Aunque había abogado por continuar el diálogo, también advirtió que Irán podría suspender su cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y expulsar a los inspectores si se percibía una amenaza a su soberanía.
“Con el nivel actual de confrontación, cada vez es más difícil ver cómo podrían avanzar estas conversaciones”, concluyó Lohmann.