Washington refuerza su postura frente al gobierno del presidente Gustavo Petro.
El presidente estadounidense Donald Trump anunció una nueva ronda de aranceles sobre exportaciones colombianas y la suspensión de la ayuda estadounidense al país, citando la insuficiente acción del gobierno de Petro para combatir la producción y el tráfico de drogas.
Hablando desde Florida, Trump afirmó que Colombia “no está luchando contra el narcotráfico” y describió a la nación como “una máquina de fabricar drogas”. Señaló que los nuevos aranceles entrarán en vigor pronto como parte de una estrategia regional más amplia para presionar a las organizaciones criminales que operan en América Latina.
Respuesta de Colombia y consecuencias diplomáticas
El presidente Petro rechazó con firmeza las acusaciones, defendiendo los esfuerzos de su administración para promover la paz y el desarrollo rural mediante programas de sustitución de cultivos. En una publicación en redes sociales, Petro afirmó que “trabajar por la paz no significa ser narcotraficante” y calificó los comentarios de Trump como “una falta de respeto hacia Colombia”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano emitió un comunicado calificando las declaraciones de Trump como “una amenaza directa a la soberanía nacional”, mientras que el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, enfatizó que el país ha perdido muchas vidas en la lucha contra las drogas y sigue plenamente comprometido con esta misión.
Impacto regional e implicaciones económicas
La disputa en aumento podría poner en riesgo la cooperación militar y de seguridad entre ambos países. Colombia, considerado históricamente el aliado más cercano de Washington en América Latina, ya ha experimentado una disminución en la asistencia estadounidense — de más de 700 millones de dólares en años anteriores a aproximadamente 230 millones en el último ciclo fiscal.
El anuncio también se produce tras una serie de ataques estadounidenses contra supuestas embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe, acciones que han sido criticadas desde Bogotá. Analistas advierten que la reducción de la ayuda y la imposición de aranceles podrían debilitar la capacidad institucional de Colombia para enfrentar a grupos armados y cárteles de droga, lo que potencialmente agravaría la inestabilidad y socavaría la seguridad regional.

