Muchos anticipaban que Donald Trump y Elon Musk podrían chocar en algún momento, pero pocos imaginaron cuán rápido estallaría su disputa en redes sociales.
Desde que Musk expresó un fuerte apoyo a Trump tras el intento de asesinato en Pensilvania hace casi un año, sus caminos políticos y financieros se entrelazaron cada vez más.
Hoy, los vínculos entre sus donaciones de campaña, contratos federales y personal compartido dificultan que cualquiera de los dos se separe por completo del otro, sin importar lo agudo del conflicto.
Dinero político y estrategia electoral
Durante el último año, Musk se ha convertido en uno de los principales donantes de Trump y otras causas republicanas, aportando 290 millones de dólares, según Open Secrets. Open Secrets.
El jueves, Musk afirmó que Trump ganó la presidencia gracias a él y criticó lo que calificó como una falta de gratitud.
Sin embargo, sus apuestas políticas han tenido tropiezos. A principios de año invirtió 20 millones de dólares en una elección judicial clave en Wisconsin, pero su candidata perdió por 10 puntos, en un estado que Trump había ganado meses antes.
Estas contribuciones siguen siendo cruciales para que los republicanos mantengan el control del Congreso en las elecciones de medio término de noviembre de 2026.
Musk ya había dicho que planea reducir su participación financiera en campañas políticas.
This week’s public fallout raises further questions: Could Musk redirect his wealth toward a political movement opposing Trump?
He hinted at that possibility by launching a poll on X (formerly Twitter), asking: “Is it time to create a new political party in America that actually represents the 80% in the middle?”
Contratos federales y presión empresarial
Musk’s major enterprises—including SpaceX, Starlink, and Tesla—depend heavily on government deals.
Solo SpaceX ha recibido 20.900 millones de dólares en contratos federales desde 2008, según un análisis de BBC Verify.
Trump acknowledged that dependency with a post on Truth Social: “The easiest way to save money in our Budget, Billions and Billions of Dollars, is to terminate Elon’s Governmental Subsidies and Contracts. I was always surprised that Biden didn’t do it!”
Musk respondió amenazando con suspender las operaciones de Dragon, la nave de SpaceX que transporta suministros y astronautas a la Estación Espacial Internacional. Más tarde, se retractó.
La cancelación de estos contratos implicaría procesos legales complejos. Con la falta de alternativas para los cohetes Dragon y Falcon 9, la NASA mantiene su compromiso con misiones a largo plazo junto a SpaceX.
Paralelamente, las empresas de Musk enfrentan una fuerte supervisión. Un informe de febrero mencionó más de 30 investigaciones abiertas por parte de agencias federales. Tesla, por ejemplo, aún necesita aprobación para sus taxis autónomos.
Personal compartido entre tecnología y gobierno
Trump nombró a Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), una nueva oficina creada para reducir gastos federales. Musk tuvo libertad para elegir a su equipo, muchos de los cuales provenían de Tesla, SpaceX u otras compañías suyas.
Aunque Musk dejó Doge la semana pasada, la mayoría del personal que seleccionó sigue en funciones.
Una figura destacada fue Katie Miller, ex vocera de Doge, quien también trabajó en la primera administración de Trump y está casada con el actual vicejefe de gabinete, Stephen Miller. CNN informó que Katie Miller abandonó el gobierno la semana pasada y ahora trabaja a tiempo completo para Musk.
Otros, como David Sacks, mantienen lazos con ambos. Sacks, nombrado por Trump como principal asesor en inteligencia artificial y criptomonedas, trabajó con Musk desde sus inicios en PayPal.
Estas alianzas cruzadas están ahora bajo presión. Ejecutivos de Silicon Valley y aliados de Trump observan de cerca la disputa.
En X, tanto figuras tecnológicas como influenciadores cercanos a Trump tomaron partido mientras ambos intercambiaban mensajes públicos.
Según una encuesta rápida de YouGov realizada el jueves, el 70% de los republicanos consultados respaldó a Trump. Menos del 10% eligió a Musk.

