Las acciones de Tesla cayeron un 9 % el jueves tras un informe de resultados decepcionante que reveló fuertes caídas en los ingresos y beneficios, marcando uno de los peores trimestres en la historia de la compañía. Las ganancias de Tesla se vieron afectadas por múltiples desafíos, incluido el vencimiento del crédito fiscal federal para vehículos eléctricos en EE. UU., que dejará de aplicarse a algunos compradores a partir de octubre, y la reducción de los ingresos por ventas de créditos regulatorios, una fuente que le ha generado a Tesla 11.000 millones de dólares desde 2019.
Sin embargo, durante la llamada con inversionistas, Elon Musk evitó abordar directamente estos problemas inmediatos y en su lugar centró la atención en el futuro de Tesla: los robotaxis y el robot humanoide de la compañía, Optimus. Reconoció que la empresa podría enfrentar “algunos trimestres difíciles”, pero no presentó medidas concretas para abordar el declive financiero actual. Esta falta de claridad decepcionó tanto a inversionistas como a analistas.
El mercado pierde la paciencia con las promesas a largo plazo
Investors who were once willing to overlook Tesla’s short-term hurdles now appear to be demanding more immediate action. Garrett Nelson, an analyst at CFRA Research, noted that “investors are taking a more realistic view of the story at this point.” Nelson, who downgraded Tesla’s stock to neutral in April, highlighted that while Musk has succeeded in keeping attention on the long term, present-day headwinds are becoming impossible to ignore.
Dan Ives, analista de Wedbush Securities, comentó que “Wall Street está perdiendo algo de paciencia”, aunque aún cree en la visión de Tesla sobre inteligencia artificial y conducción autónoma. Por su parte, el analista de Morningstar Seth Goldstein señaló que el servicio de robotaxis de la compañía aún necesita extensas pruebas y que no espera un producto plenamente operativo antes de 2028.
Despliegue limitado de robotaxis y tropiezos del Cybertruck
Musk reiteró sus ambiciosas afirmaciones sobre los robotaxis de Tesla, proyectando que el servicio podría llegar a la mitad de la población estadounidense antes de fin de año. No obstante, con solo una pequeña prueba piloto en Austin, Texas, y con regulaciones estrictas en estados como Nueva York, donde los vehículos autónomos no están permitidos, los expertos cuestionan la viabilidad de ese calendario. Para cumplir ese objetivo, Tesla tendría que obtener autorización en dos estados nuevos por semana durante el resto del año.
Persisten dudas similares respecto al Cybertruck. Musk alguna vez predijo 250.000 entregas anuales, pero las ventas combinadas del Cybertruck y los otros dos modelos de lujo de Tesla no llegaron ni a 80.000 unidades en todo el año. Solo en el segundo trimestre, las ventas de estos modelos cayeron un 52 %. Este bajo desempeño sigue a la promesa inicial de Tesla de lograr mayores ventas en 2024, una meta que ahora parece cada vez más lejana.
Ben Kallo, analista de Baird, expresó preocupación por la capacidad de Tesla para cumplir sus metas agresivas: “Hasta ahora, Tesla ha tenido margen de error debido a lo ambiciosos que son estos productos, pero la debilidad continua en el negocio automotriz podría enfocar más la atención en el corto plazo”. Puede que los inversionistas ya no se conformen solo con ambiciones.

