Nuevas iniciativas legislativas apuntan a cambiar el conteo utilizado para asignar escaños y votos electorales
En el Congreso de Estados Unidos, legisladores del Partido Republicano han presentado una serie de proyectos de ley que buscan modificar los criterios del censo de 2030, específicamente en relación con quiénes deben ser incluidos en los conteos de población utilizados para la redistribución de escaños en la Cámara de Representantes y la asignación de votos en el Colegio Electoral.
Según la Enmienda 14 de la Constitución, se debe contar el "número total de personas en cada estado". Sin embargo, las nuevas propuestas legislativas pretenden excluir de ese conteo a residentes sin ciudadanía estadounidense. Uno de los proyectos más recientes fue presentado por el Comité de Asignaciones de la Cámara, con una votación pendiente esta semana.
Detalles de las propuestas y posibles implicaciones legales
Al menos tres propuestas están sobre la mesa. Dos de ellas, lideradas por legisladores de Tennessee y Carolina del Norte, contemplan la exclusión no solo de personas sin estatus legal, sino también de residentes con visas o tarjetas de residencia permanente. Las iniciativas también solicitan agregar preguntas sobre ciudadanía e incluso estatus migratorio en los formularios del censo.
Expertos advierten que estas medidas podrían reducir la precisión del conteo, como ocurrió durante el ciclo del censo 2020, cuando se intentó introducir una pregunta sobre ciudadanía. Esa iniciativa fue bloqueada por el Tribunal Supremo.
Aunque los proyectos no modificarían el conteo general utilizado para distribuir fondos federales, sí alterarían las bases para la representación política. De aprobarse, se anticipan demandas legales, ya que se trataría de un cambio sin precedentes en la historia del censo estadounidense.
Algunos legisladores también han sugerido una enmienda constitucional que limite el conteo únicamente a ciudadanos, aunque dicha modificación requeriría un amplio consenso en el Congreso y en los estados. Mientras tanto, el debate sigue abierto y podría marcar el rumbo del censo y la representación política en la próxima década.

