El rol gubernamental de Elon Musk termina tras 129 días de disrupción

Un mandato breve pero impactante

El breve paso de Elon Musk por la administración Trump ha llegado a su fin. Su tiempo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge) duró poco más de cuatro meses. A pesar de su brevedad, el periodo dejó una huella importante en las operaciones federales y en las relaciones globales. Esta semana, Musk publicó en X (antes Twitter), agradeciendo al presidente Trump por la oportunidad de servir. La Casa Blanca confirmó su salida, aunque Trump no ha hecho comentarios.

Agenda de recortes de Musk

Desde el inicio, Musk apuntó a reducir el gasto. Su objetivo inicial de 2 billones de dólares fue luego revisado a 1 billón, y después a 150 mil millones. Según el Doge, el departamento logró 175 mil millones en ahorros. Estos provinieron de ventas de activos, cancelación de contratos, cambios regulatorios y recortes de personal—presuntamente eliminando 260,000 empleos federales. Sin embargo, revisiones independientes de entidades como la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) cuestionaron la precisión y transparencia de estas afirmaciones. Los tribunales revocaron varios despidos masivos y ordenaron la reincorporación de empleados. Un caso notable involucró los planes para despedir a cientos en la Administración Nacional de Seguridad Nuclear. Ese esfuerzo fue bloqueado por preocupaciones de seguridad nacional.

Riesgos y errores

Musk admitió el riesgo de cometer errores. Tras el recorte por error de la ayuda a Mozambique debido a una confusión con Gaza, declaró: “Cometeremos errores, pero los corregiremos rápidamente.” El Doge también fue criticado por intentar acceder a los sistemas del Departamento del Tesoro de EE.UU., lo que encendió alarmas sobre la protección de datos privados. Aunque el apoyo público a los recortes presupuestarios se mantuvo firme, la popularidad personal de Musk disminuyó, según el Centro de Investigaciones Pew.

Vínculos empresariales generan preocupación

El doble papel de Musk—como funcionario público y líder de empresas con contratos gubernamentales—generó cuestionamientos éticos. Sus compañías, incluida SpaceX con 22 mil millones de dólares en contratos federales, aparecieron en actos oficiales. En marzo, autos Tesla fueron exhibidos en el jardín de la Casa Blanca, desatando críticas. Los detractores lo acusaron de usar su cargo para promover Starlink, su empresa de internet satelital, en nuevos mercados. Ni Musk ni Trump reconocieron conflicto de interés. Insistieron en que la colaboración servía a los objetivos nacionales.

La reforma de la ayuda exterior marca aislacionismo

El impacto global de Musk se centró en profundos recortes a la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). Más del 80% de los programas fueron eliminados tras una revisión del Doge. El resto se integró al Departamento de Estado. Esto coincidió con el enfoque de Trump en prioridades internas. Pero interrumpió los esfuerzos de ayuda en regiones frágiles—desde Sudán hasta Afganistán e India. Algunos lo vieron como un debilitamiento de la influencia global de EE.UU., mientras que otros lo consideraron un reajuste estratégico.

Promoción de teorías marginales desde dentro

El tiempo de Musk en el cargo también puso de relieve el auge de la desinformación en la política. Repitió afirmaciones marginales, incluida una que sostenía que las reservas de oro habían desaparecido de Fort Knox. Sugirió una transmisión en vivo para verificarlas. En otro caso, Musk repitió afirmaciones desacreditadas sobre un “genocidio” de sudafricanos blancos. Estas declaraciones surgieron durante una reunión con el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa. Trump supuestamente mostró videos como prueba. Estas acciones desataron críticas por elevar ideas no verificadas a los más altos niveles diplomáticos.

Tensiones en el gabinete y salida

Tras bastidores, los esfuerzos de Musk generaron conflictos dentro del gabinete de Trump. Los funcionarios temían que los recortes profundos del Doge perjudicaran el rendimiento de las agencias. En una reunión del gabinete, Trump reconoció: “Algunos podrían estar un poco en desacuerdo. Si es así, quiero escucharlo.” Nadie objetó públicamente, pero se reportaron tensiones. La salida de Musk se produjo el mismo día en que se emitió una entrevista grabada. En ella, criticó el nuevo proyecto de presupuesto de Trump por incluir recortes fiscales y más gasto en defensa. Argumentó que el proyecto socavaba el plan de ahorro del Doge y exponía divisiones en la política fiscal republicana.

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