Las conversaciones sobre la tregua comercial entre EE. UU. y China aumentan las esperanzas de una extensión

Nuevas negociaciones comerciales comienzan mientras China y EE. UU. buscan ampliar la tregua

Las negociaciones entre Estados Unidos y China se han reanudado, lo que marca un nuevo compromiso diplomático entre las dos economías más grandes del mundo, mientras funcionarios de ambos países intentan extender su actual tregua comercial por otros 90 días. Las reuniones, que se celebran esta semana en Estocolmo, reúnen a figuras clave de ambas naciones: el Secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino He Lifeng, quienes han desempeñado papeles fundamentales en rondas anteriores de diplomacia comercial.

El reinicio de las conversaciones llega en un momento crítico, justo cuando el presidente Donald Trump anunció un acuerdo provisional sobre aranceles con la Unión Europea. Este impulso ha creado un ambiente de optimismo cauteloso para avanzar en las discusiones entre Pekín y Washington. La tregua arancelaria actual, que redujo temporalmente los gravámenes sobre cientos de productos que cruzan el Pacífico, está programada para expirar el 12 de agosto, a menos que se extienda.

Tregua arancelaria cerca del vencimiento

Las tensiones entre Estados Unidos y China se han intensificado notablemente desde enero, cuando la administración Trump regresó a la Casa Blanca e implementó rápidamente fuertes aumentos arancelarios, elevando los impuestos a las importaciones bilaterales por encima del 100%. Se logró un avance a principios de este año después de que representantes de alto nivel se reunieran en Ginebra y Londres, lo que condujo a un cese temporal de las hostilidades y a una pausa de 90 días en nuevas acciones arancelarias.

Last week, Secretary Bessent suggested that negotiations with China were moving in a “very good place,” hinting at the possibility of securing a second truce. Media reports have bolstered this narrative, indicating that negotiators from both sides expect an extension of the current agreement through mid-November.

Al mismo tiempo, hay señales crecientes de que Washington ha pausado sus restricciones a las exportaciones tecnológicas hacia China, un gesto ampliamente interpretado como un intento de preservar el frágil progreso diplomático y de allanar el camino para un posible encuentro cara a cara entre Trump y el presidente Xi Jinping más adelante este año.

Tecnología y aranceles siguen siendo un punto conflictivo

En el centro de las conversaciones actuales están las preocupaciones sobre semiconductores y otros componentes de alta tecnología utilizados en inteligencia artificial. El gobierno estadounidense ha expresado repetidamente su preocupación de que los chips avanzados fabricados en EE. UU. puedan ser reutilizados por el ejército chino o aprovechados por su sector comercial para superar la innovación estadounidense.

A pesar de estas preocupaciones, las medidas recientes para suavizar las restricciones tecnológicas sugieren que Washington está priorizando objetivos comerciales más amplios sobre la aplicación estricta en sectores específicos, al menos en el corto plazo. Con ambas naciones tratando de evitar un colapso en las conversaciones, la estrategia parece estar dirigida a asegurar que la tregua se mantenga mientras continúan negociándose en paralelo los temas más delicados.

Las tensiones del comercio global se suavizan ligeramente

El reinicio de las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China llega tras otros desarrollos significativos en la política comercial exterior estadounidense. Hace solo unos días, el presidente Trump alcanzó nuevos acuerdos comerciales con la Unión Europea y Japón. El acuerdo con Tokio incluye una inversión de 550 mil millones de dólares en la economía estadounidense y una nueva estructura arancelaria que evita el tipo del 25% que se había amenazado, fijándolo en su lugar en un 15%. Gran Bretaña también logró negociar una tasa arancelaria del 10%, la más baja hasta ahora entre los socios comerciales recientes de EE. UU.

Estos acuerdos han generado un optimismo moderado de que los flujos comerciales internacionales podrían estabilizarse, al menos temporalmente. No se anticipan avances inmediatos en la ronda actual de conversaciones con China, pero los funcionarios siguen siendo optimistas de que la extensión de la tregua ayudará a mitigar la incertidumbre económica y permitirá continuar el diálogo.

Los próximos días serán cruciales para determinar si Washington y Pekín pueden mantener su paz provisional o si una nueva ola de aranceles volverá a perturbar el comercio global.

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