Biosphere 2: un laboratorio vivo en el desierto que impulsa la ciencia climática

De experimento cerrado a centro de investigación ambiental

Ubicada en el desierto de Sonora, Arizona, Biosphere 2 es una instalación científica de más de tres acres que simula ecosistemas diversos en un entorno cerrado. Originalmente concebida en los años 80 y 90 como un experimento para probar si los humanos podían vivir en un sistema autosostenible, su propósito ha evolucionado hacia la investigación ambiental y climática.

Tras los controvertidos primeros años, en los que un grupo de ocho personas vivió dentro del domo durante dos años, la instalación pasó a manos de universidades y actualmente es gestionada por la Universidad de Arizona. Hoy, se ha convertido en un referente en estudios sobre el cambio climático, biodiversidad y resiliencia de ecosistemas.

Ecosistemas experimentales bajo observación científica

Selva tropical y cultivos tropicales

Dentro del domo de cristal se encuentra una selva tropical donde investigadores estudian la tolerancia al calor de especies como el café y el cacao. La estructura permite recopilar datos precisos sobre la adaptación de estas plantas a temperaturas extremas, alcanzando hasta 60 °C en la copa de los árboles.

Océano artificial para estudio de arrecifes

El ecosistema marino de Biosphere 2 alberga 700,000 galones de agua salada. En él, se llevan a cabo experimentos sobre recuperación de arrecifes coralinos mediante estructuras flotantes diseñadas para facilitar la regeneración del coral.

Observatorio de Evolución del Paisaje (LEO)

LEO es un proyecto que simula procesos hidrológicos mediante plataformas de roca basáltica. Permite estudiar cómo cambian las cuencas hídricas bajo distintas condiciones, incluyendo presencia de microorganismos y tipos de vegetación.

Innovación y sostenibilidad en acción

Biosphere 2 también explora técnicas agrícolas sostenibles como la agrovoltaica, que combina cultivo de plantas con generación de energía solar. Además, sus investigaciones aportan al conocimiento sobre posibles condiciones habitables en otros planetas.

Con más de tres millones de visitantes desde su apertura, la instalación sigue atrayendo tanto a turistas como a científicos. Su enfoque actual se centra en aportar soluciones prácticas a los retos del planeta Tierra, o “Biosphere 1”, como se refiere el equipo al mundo real.

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