Cambios globales: lo que el declive del dólar podría indicar sobre el poder económico de EE. UU.

La caída simbólica del dólar

There are few images more closely tied to American economic supremacy than the U.S. dollar. But today, that image is being tested. The dollar has fallen by more than 10% this year, marking its worst start to a year since 1973, when the U.S. officially severed the link between its currency and gold. The dollar’s slump ends a long streak of yearly gains, defying the fact that the U.S. economy remains relatively strong. This paradox is raising concerns about whether the dollar’s slide represents more than just market fluctuation.

Many financial strategists are beginning to question if this signals a broader revaluation of America’s position in global finance, especially as the country recently marked its 249th Independence Day. For some, the dollar’s trajectory is tied to recent political and economic shifts, including ballooning federal debt, erratic trade policies, and deepening political divisions.

Inestabilidad política y confianza de los inversores

During recent years, the global financial community has expressed increasing unease with American policy unpredictability. From aggressive tariff rollouts to direct challenges to the Federal Reserve’s independence, recent administrations have introduced a level of volatility that rattles global investors. Meanwhile, the U.S. federal debt continues to rise, recently exacerbated by major legislative spending packages that add trillions to the national deficit.

This expanding debt burden has become a focal point for economists. As Kenneth Rogoff, former IMF chief economist and now Harvard professor, observes, inaction on debt reduction has compounded long-term concerns. Foreign investors are responding with caution, reducing their holdings of American assets and thereby accelerating the dollar’s decline. This shift is reflected in fund manager surveys, which now show a preference for international equities over U.S. stocks—a significant reversal from previous decades.

Aunque el S&P 500 ha registrado ganancias recientes, estas palidecen en comparación con índices como el DAX de Alemania y el Hang Seng de Hong Kong, ambos con subidas cercanas al 20 % en lo que va del año. Los mercados globales están superando a las acciones estadounidenses y, con ellos, también disminuye la confianza mundial en el dólar.

Defending the Dollar’s Strength

Still, not everyone believes the dollar’s dip is a cause for alarm. Some analysts argue that the U.S. had been overperforming for years, and a modest correction is natural. Others cite the concept of “TINA”—There Is No Alternative—as a key reason the dollar will retain its prominence. The U.S. financial market remains the largest and most liquid in the world, attracting governments, multinationals, and private investors alike.

Además, un dólar más débil no es necesariamente negativo. Puede estimular las industrias nacionales al hacer que las exportaciones estadounidenses sean más competitivas en el extranjero. Si bien puede perjudicar a los estadounidenses que viajan al exterior, puede beneficiar a empresas como Apple, que obtiene una parte significativa de sus ingresos en el extranjero. Un dólar más suave también reduce el ingreso de importaciones extranjeras más baratas, lo que representa una posible ventaja para los fabricantes nacionales.

Según Kit Juckes, estratega jefe de divisas en Societe Generale, la fortaleza de una moneda no debe interpretarse como una medida de grandeza nacional. Un dólar persistentemente fuerte puede, de hecho, perjudicar a sectores como la agricultura y la manufactura, al encarecer los productos estadounidenses en el mercado global.

La dominancia del dólar enfrenta nuevos desafíos

A pesar de la tranquilidad que ofrecen algunos sectores, el panorama a largo plazo para el dólar sigue siendo incierto. Problemas estructurales, como la deuda nacional sin control y la pérdida de confianza de los inversores, podrían erosionar su supremacía. Como sostiene Kenneth Rogoff en su reciente libro Our Dollar, Your Problem, Estados Unidos ha dependido durante mucho tiempo del capital extranjero para mantener su estatus como emisor de la moneda de reserva mundial. Pero ese estatus podría estar en peligro.

Rogoff prevé una transición hacia un sistema monetario “tripolar”, en el que el euro, el yuan chino y posiblemente las criptomonedas compartan cada vez más la hegemonía global. El papel del dólar como único estándar mundial se está diluyendo poco a poco ante el surgimiento de ecosistemas financieros alternativos.

Aunque pocos predicen un colapso inminente, este cambio en curso plantea interrogantes fundamentales. ¿Se trata de un ajuste temporal o de un presagio de declive duradero? La respuesta podría redefinir las finanzas globales en los próximos años.

A medida que el mundo se vuelve más multipolar en lo económico, el poder simbólico y práctico del dólar será cada vez más disputado. Queda por verse si esta transformación fortalecerá los mercados globales a través de la diversificación o si desencadenará una nueva etapa de inestabilidad.

Comparte el Post en:

Más Noticias